¿Quién no soñó alguna vez con darle un mordisco a la luna? Este fue
precisamente el deseo de los animales de este cuento. Tan solo querían
probar un pedacito pero, por más que se estiraban, no eran capaces de
tocarla. Entonces, la tortuga tuvo una genial idea: “Si te subes a mi
espalda, tal vez lleguemos a la luna”, le dijo al elefante. Esta es una
historia de deseos que parecen –a primera vista- inalcanzables, como la
luna, pero que consiguen hacerse realidad gracias a la cooperación. Una
ayuda mutua de la que son partícipes los más variados animales: la
tortuga, sobre la que se sostendría el mundo, según la mitología; el
elefante, la jirafa, la cebra, el león... Hasta que, finalmente, uno de
ellos, el más pequeño de todos... Y así, a medio camino entre la fábula y
la leyenda, este relato le ofrece al lector una poética moraleja que
habla de generosidad, solidaridad y sueños compartidos; con una pizca de
humor, la que aporta una luna sonriente, burlona y un poco saltarina.
Este ha sido el libro que he elegido para contar a los niños en esta semana que hablamos sobre la paz, la amistad, y todas aquellas palabras llenas de simbología, que también vosotros habéis expresado en los banderines de la paz.
Este blog, al igual que yo, está en constante crecimiento. En él comparto parte de mi trabajo y experiencias en el aula y como " PAOLO FREIRE", pienso: "El estudio no se mide por el número de páginas leídas en una noche, ni por la cantidad de libros leídos en un semestre. Estudiar no es un acto de consumir ideas, sino de crearlas y recrearlas. Todos nosotros sabemos algo. Todos nosotros ignoramos algo. Por eso, aprendemos siempre".
Que ganas de leerlo me han entrado! ;-)
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