El mes de septiembre presenta un gran reto: volver a la rutina.
Y los más pequeños de la casa no son ajenos a esta adaptación.
El inicio del curso escolar
requiere regresar a la vida ordenada de horarios, comidas y sueño. A veces los padres se preocupan por si será posible que los niños se adapten sin problemas.
La realidad es que sí aunque no todos los menores lo hacen de la misma forma, a unos les cuesta más que a otros.
Ilustración de Sonia Maria Luce Possentini. Las primeros madrugones acostumbran a ser difíciles.
Con un poco de ayuda y algunas estrategias conseguirán afrontar la VUELTA AL COLE sin dificultad.
En los primeros días de septiembre, aprovechando que los niños aún no
tienen colegio, iremos introduciéndoles poco a poco en la rutina.
Podemos comenzar con los
horarios de comidas y cenas, también con la
hora del baño. Puede ser interesante proponerles alguna actividad que les permita estar tranquilos y
concentrados por unos minutos.
Depende de las edades
Con cada edad la vuelta al cole se afronta de distinta manera.
«Los padres han de ser conscientes del momento evolutivo en el que se encuentran sus hijos y qué pueden estar demandando», explica la psicóloga
Pilar Arroyo, del gabinete madrileño
Crecer con emoción.
¿Les cuesta aún la separación?, ¿son tímidos y les inquieta ver a sus compañeros de nuevo? «Si
es así es importante escucharlos y permitirles que tengan un período de
adaptación y que sientan que sus padres están cerca apoyándoles en lo
que necesiten».
Ilustración de Amélie Graux. La hora del patio. Reencontrarse y jugar con los amigos es lo mejor del primer día de clase.
«Con aquellos niños que no es su primer año de colegio, resulta positivo hablar de lo que les espera…
un nuevo curso da comienzo, lo cual no implica todo novedad y vértigo,
quizás sí en cuanto a materia, profesores y aula, pero el centro ya es
conocido y parte de los niños también. Además, si a vuestro hijo le
cuesta de nuevo arrancar y se siente algo retraído con la idea de volver
al cole, podrías ayudarle contándole todas las cosas buenas que pasan allí (y
que él ahora mismo no recuerda), rememorar algún día divertido del
curso pasado y proyectar futuros momentos positivos que vivirá»
De los 6 años en adelante:
■ Un par de días antes comienza a hablar de la vuelta al colegio,
prepara con tu hijo el material que va a necesitar (mochila, lápices, libros…). Todo esto suele hacerles ilusión, sobre todo si pueden elegirlo y es de su personaje favorito.
Ilustración de Irina Dobrescu. Todo a punto, mañana empieza el cole.
■ Empatiza con sus emociones, escucha sus inquietudes y acepta sus quejas, sin negar pero proponiendo una visión positiva. Por ejemplo:
“es verdad que da mucha pereza madrugar pero ya verás como luego no te cuesta tanto como crees”.
De los 3 a los 6 años:
■ Los días previos al comienzo del colegio procura hacer
actividades más tranquilas.
■ Procura
llegar de vacaciones unos días antes de empezar el colegio, de esa manera los niños van haciéndose a su casa y sus cosas, lo que está más asociado a las rutinas.
Desde los 12 meses hasta los 3 años:
■ Adaptación paulatina para
que vaya conociendo el nuevo espacio y siempre con una persona de
referencia que le aporte la seguridad que necesita en ese momento.
■ Poco a poco ir retirándose
para que sea la profesora la que, de manera progresiva, se convierta en
la figura de referencia que le transmitirá la seguridad que necesita
para sentirse cómodo y bien.
■ Es positivo despedirse siempre del niño, aunque
lo vaya a pasar mal durante un tiempo, es fundamental para que entienda
que nos vamos pero luego volveremos a por él, su figura de apego se va y
luego regresa.
Si desaparecemos sin avisar podemos generarle mucha ansiedad y el niño intentará por todos los medios no separarse de nosotros.
Como todos los cambios a veces la adaptación es dura.
Es importante transmitir a los niños que es positivo cerrar etapas y que las vacaciones son maravillosas porque suponen un premio a todo un trabajo bien hecho, trabajo que llega de nuevo.
Además los niños, aunque parezca imposible, también se cansan de tanto tiempo libre. Agradecerán la vida ordenada que supone el fin de las vacaciones.