La psicomotricidad relacional tiene como objetivo promover el desarrollo integral de los niños, a través de juego espontáneo y el dialogo tónico.
Desde la psicomotricidad relacional entendemos que las criaturas se desarrollan desde la relación que establecen con el mundo que les rodea. La vivencia de esta interacción durante los primeros años de vida marca los aspectos psico-afectivos, emocionales y físicos de la personalidad. El lenguaje natural durante estos primeros años es sobre todo corporal, y así expresan las necesidades, los deseos y las emociones.
En las sesiones de psicomotricidad relacional dejamos actuar a los niños y niñas desde su lenguaje natural: el juego espontáneo. A partir de ahí nos muestran como son y como viven y entienden el mundo: su placer de existir, de disfrutar y de actuar con todas las emociones que esto conlleva.
A través del juego espontáneo y libre, las criaturas recrean el mundo vivido y expresan de forma inconsciente muchas vivencias y emociones. Las emociones forman parte de su vivencia y son fundamentales en el proceso de desarrollo. Las emociones que se queden sin expresar se acumulan y poco a poco van formando bloqueos, dificultades que impiden el desarrollo sano de ciertos aspectos de la persona.
En el mundo que les rodea no siempre encuentran la necesaria aceptación de ciertas emociones y una forma adecuada de su expresión. La alegría de una criatura es casi obligatoria, pero emociones muy reales en el mundo de la infancia, como son el enfado y la rabia, la tristeza y los celos encuentran poca aceptación, pero también necesitan ser vividas y expresadas.
Morder, pegar, no querer compartir, la pasividad o la hiper-actividad sólo son síntomas, que necesitan su abordaje adecuado y la represión y/o obligación de hacer algo no resuelven las dificultades que hay detrás.
En la psicomotricidad relacional se permite jugar a todo, los materiales están adaptados a ello. Inducen a la construcción y destrucción, al compartir y al no-compartir, al correr y al estar quieto, al encontrar cobijo y al explorar, al esconderse y al mostrarse, etc.
El psicomotricista está disponible para el juego, espera, acepta, da permiso, facilita y asegura que el entorno es seguro para tod@s. Acoge a los niños desde una mirada de plena aceptación y les acompaña en el juego desde el mismo lenguaje corporal. Por eso el psicomotricista se mezcla entre los niños, se pone a su altura en el suelo y permite que los niños le utilizan en sus juegos tal como lo necesitan: a la distancia cuando no hay confianza suficiente o ya no lo necesitan; como enemigo en la lucha o para depositar en él la descarga de tensión; para encontrar la mirada que necesitan para sentirse seguros o aceptados; para poder ser más fuerte que el adulto que siempre es el ‘manda-más’; para poder recibir este abrazo que necesitan; para recibir la protección necesaria para estar seguros en la casa que se han construido; para tener el permiso de no tener que compartir cuando hay necesidad de sentirse con el poder de las cosas, etc.
Hendrik Vaneeckhaute
Psicomotricista y Especialista en Prevención y Salud Infantil
Aquí os dejo una pequeña muestra de estas dos semanas que hemos comenzado a desarrollar estas sesiones.
Necesitaría algo más de material tipo pañuelos, cojines, bloques de gomaespuma forrados y sobre todo una caja grande (tipo frigorífico). Si alguien puede aportar su granito de arena que se ponga en contacto conmigo.
OS DEJO TAMBIÉN INFORMACIÓN SOBRE LAS SESIONES DE HENDRICK EN NUESTRA CIUDAD
Es genial que tambien contigo tengan este ratito de libertad para expresarse!!!
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